Garantía Arrendataria

Fernanda, una madre soltera de 32 años, siempre había sido una luchadora incansable. Sin embargo, su mundo se tambaleó cuando una enfermedad repentina la dejó sin trabajo durante varios meses. Aunque logró recuperarse y encontrar un nuevo empleo, los estragos financieros de su enfermedad se reflejaron en su historial crediticio, complicando su búsqueda de un lugar adecuado para vivir con su hijo de seis años.

A pesar de trabajar arduamente como asistente administrativa en una pequeña empresa local, Laura se encontraba constantemente enfrentando el rechazo de los propietarios de viviendas debido a su historial crediticio limitado. La incertidumbre y el estrés comenzaron a afectar su bienestar emocional y el de su hijo.

Fue entonces cuando Fernanda se encontro con la Garantía Arrendataria de AgilCoop. Atraída por la promesa de una segunda oportunidad, decidió dar el paso y solicitar el respaldo de la cooperativa. Para su alivio, la respuesta fue positiva. Con la ayuda de AgilCoop, Fernanda pudo finalmente encontrar un hogar seguro y cómodo para su familia.